domingo, 2 de septiembre de 2012

Entre dos morenos del sur

Ahora que estaba escribiendo la entrada anterior me he acordado de una de las mejores experiencias sexuales de mi vida...


Hacer un trío no es una de las cosas que le suelen suceder a una muy amenudo (aunque depende de lo que entendamos por "a menudo") el caso es que los encuentros sexuales más inesperados suelen ser los mejores.

Verano. La playa. Botellón en la arena. Un grupo de 15 jovencitos que van de vacacioens fuera de su ciudad y país. Esa noche empecé a tontear con uno que me seguía el rollo hasta que me dí cuenta de que estaba perdiendo el tiempo. Por suerte varios de sus amigos se fijaron en mi, pero solo uno consiguió que me motivara.

Estábamos en el taxi camino de su hotel más calientes que el palo de un currero, subimos por el ascensor sobándonos sin piedad con media polla fuera y las medias por las rodillas. Entramos a la habitación y nos emportó tres pimientos que estubiera el compañero en la cama de al lado. Follamos como dioses, de todas las maneras, de todos los estilos y con todo el cuerpo sudoroso dándonos placer mutuamente. Estubimos toda la noche. Casi amaneciendo, nos dimos cuenta de que con su compañero de cuarto había una chica, y nos dimos cuenta porque se levantó y se fué de la habitación. "¿era su novia?"- pregunté. "No, es una chica que ha conocido hoy, pero han follado en 5 minutos si llega..."- me dijo el yogurín que estubo dándome caña a mi toda la noche. Así que tan altruísta como siempre yo, invité medio en coña, medio en serio a su amigo a unírse a nosotros.
Fue una noche genial, no solo el amigo estaba también buenísimo, sinó que estubiemos riéndonos mucho de la situación y entre risas y sobeteos me pegé una sesión doble de morenazos del sur (ya he dicho que a mi el acento andaluz me pone mucho y si un tio es gracioso ya tiene media polla dentro) así que sin comerlo ni beberlo tube esa noche dos morenazos, ¡ración doble para la señorita! y luego nos quedamos abrazados hasta que amaneciódel todo.

Esa misma mañana ellos se iban de vuelta, me duché, nos despedimos y seguimos bromeando sobre el verano que habíamos pasado. Una de las frases que más gracias me hizo y aún me reir cuando la recuerdo fue la de: "Vas a volver a casa más abierta que unos alicates". ¡Que grandes mis niños! ¡abierta y bien follada!¡si señor!

No me acuerdo ni de sus nombres, ni de qué ciudad eran exactamente, pero no importa, me fuí a casa con la sonrisa más grande jamás dibujada en mi cara por aquella época.

Y desde aquí, si alguna vez leen esto y se saben reconocer, decirles de nuevo que lo pasé en grande, ¡¡¡gracias resalaos!!!


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