lunes, 8 de diciembre de 2014

El bombón de Chocolate

"Los jabones de cacao me traen gratos recuerdos"


      Había sido un año muy ajetreado entre idas y venidas. Por sexta vez me cambiaba de casa pero por fin aterricé en el mejor piso que encontré (lo bueno siempre al final) bueno-bonito-barato y solo éramos dos compañeros, yo y un chico negro que conocía de vista y de ser amigo de una amiga. Resultó ser un encanto de hombre, amable, comunicativo, sin pelos en la lengua congeniamos muy bien. Todo era muy normal y cordial, yo hacía mi vida él hacía la suya. Por aquella época me encontraba en una "pausa amatoria" estaba hasta la pepitilla de folleteos rápidos y poco  complacientes, quería sexo bueno y real, quería encontrar una buena pareja sexual. Aquel bombón que pululaba por mi casa era todo erotismo, sus palabras, sus gestos, a mi me empezaba a picar la curiosidad y otra cosa. Poco a poco los encuentros en la casa fueron teniendo más y más morbo para mi calenturienta mente. Le seguía con la mirada el culo imaginando a través del pantalón del pijama como se vería sin ropa. A pesar de que siempre estábamos de broma y con indirectas, yo no sabía si realmente tenía alguna oportunidad con él o solo es que todo iba de coña (también era un marrón si me daba calabazas ya que vivíamos juntos, imaginad el panorama) Pero un día no pude más, quería saber si podía pegarle un mordisquito a este trozo de chocolate, así que me armé de valor y...que decir que acabamos desnudos en el comedor junto al fuego de la chimenea.



Entonces despejé mis dudas de que había dado con un cuepazo increíble además de un amante fabuloso y un pervertido en potencia (¡chicas pedir que el universo os lo concederá!)  A pesar ya de tener sus añitos cumplidos (él era unos seis años mayor que yo) cuando desenvoví aquel bombón... ¡flipé en blanco y negro! Él estaba todo marcado, ni un gramo de grasa, era todo fibra, pura genética un trozo de chocolate que iba a ser torneado y dado forma por mi lengua y mi boca, ¡¡iba a comerle hasta el toblerone!! Tenía la piel suave como la de un bebé, el culo prieto de esos que me vuelven loca y lo mejor de todo olía tan y tan bien... como una pastilla de jabón de cacao. Era todo un placer para los sentidos.

Besé esos labios carnosos que parecían dos cerezas maduras acariándole la cabeza mientras mis dedos tocaban pequeños caracoles... daba gusto solo pasarle la mano por el pelo... luego su piel... su tacto era como la seda, yo bajaba por su pecho con mis manos y a cada palmo apreciaba mi mano blanca sobre aquella carne oscura y me ensimismaba con el contraste de nuestras pieles, quería mezclarla conmigo aún más quería que se metiera dentro. Lamí sus pezones dulcemente mientras él ahogaba un susurro de placer, quería comermelo despacio, sin prisas, al calor del fuego, como cuando tienes el último trozo de chocolate en la boca y quieres que dure para siempre... él también me acariciaba toda, no dejaba parte de mi cuerpo sin tocar, mientras me mordisqueaba el cuello, estábamos desnudos alli el uno ante el otro, solo sintiendo nuestro tacto y pensé que estar desnuda junto a un cuerpo como aquel era como me gustaría estar el resto de mi vida. 



Empezó a besarme toda, los pechos, el abdomen, el culo, las piernas.. y bajó hasta mi entrepierna para meter sus labios y sus rizos en ella. Su lengua era fuego y agua a la vez, con sus morros abarcaba todo mi sexo, lo chupeteaba y comía como pocos ¡era un profesional del cunilinguis! Después de hacerme sentir gozar yo también quería hacerle disfrutar a él,  me metí en la boca aquella polla rica como el regaliz, ¡puro habano! resbalaba sola en mi garganta y mi boca, salía y entraba, salía y entraba... estábamos encajados el uno con el sexo del otro, comiéndonos mutuamente... disfrutando del manjar ambos a la vez.
Luego él se puso frente mía de rodillas me levantó las piernas, se las colocó a los hombros y empezó a penetrarme suavecito sin prisas, gustosamente para adentro... metiéndome primero la punta, luego el tronco entero...uhmmm ¡se sentía tan bien! Empezó a lamerme los dedos de los pies y se metió en la boca el pulgar... ¡¡oooooohhh diossss!! yo me derretía del gusto ¡Lamiéndome los dedos de los pies era como si me lamiera el mismísimo clítoris! mi coño ardía por todos los lados, toda yo era una vagina palpitante, Había olvidado lo mucho que me gustaba que me hicieran eso. Era un pervertido con todas las de la ley y yo había tenido la suerte de encontarlo. Nos pasamos toda la tarde en el salón follando junto al calor del fuego, aquello era un sauna y sudábamos como cerdos, cada vez que me follaba más y más rápido me corría una y otra vez, me ponia de todas las posiciones, me follaba y me lamía, me agarraba las tetas y me penetraba más y más. Así durante varias semanas, después caíamos rendidos sobre el suelo del comedor, agotados, chorreantes, con la dopamina por los aires. ¡Luego dicen que el cacao engorda!


Nombre: Bombón de chocolate



Personalidad: Amable. Pervertido.

Aspecto físico general: "With brown cocoa skin and curly black hair"

Tamaño y forma del miembro: Moreno, proporcionado, ni muy grande ni muy pequeño, muy limpio y suave.

¿Como era en la cama?: Morboso, entregado.

¿Se lo recomendaría a una amiga?: Claro, el sexo  interracial es una de las experiencias más sensuales.


1 comentario:

  1. QUE BIEN TE LO PASASTE CON EL COMPAÑERO DE PISO, JEJEJEJEJEJE...
    UN BESAZO VENEXXA!!!

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