martes, 28 de abril de 2015

Follar en sitios raros IV: En el guetto de un nigger

DJ era de Atlanta, el primer y único norteamericano que me he follado hasta la fecha. Curraba por las noches de relaciones en un pub de pachangueo delante de mi trabajo, lo veía muchas veces a la hora de cenar cuando venía a por su comida. El bro era bastante cocky, muy pasota y chuleta, ya me pillais, así vacilón. Moreno de color café tenía cara de macaco made in África, trenzas largas de negrata malote pegadas a la cabeza con dibujos geométricos y le iba, como no, el rollo rapero. Vestía ropa dos tallas más grandes que la suya, camiseta de los yankies o cualquier otro equipo de fútbol norteamericano y pantacas donde cabían dos o tres tipos más. Era un vacilón y yo le vacilaba más si cabe. Cada vez que lo veía le saludaba en plan "How is going Chocolat"? y parecía que no le hacía mucha gracia que le recordara que era negro, me decía que le sonaba despectivo, pero a mi el chocolate me encanta (no sé como lo veréis vosotras) y cuanto más se picaba él, más gracia me hacía a mi.

En un punto indeterminado de aquellos momentos empezó ha hacerme tilín aquel flow que desprendía y empezamos a echarnos miraditas folletiles a través de la barra. Así que una noche que salí pronto del tajo, me pasé por su pub a hecharme unos bailes y a que me invitara a beber algo. El musikeo era de refregarse; bachata, salsa, merengue, ese rollo. Si hubiéramos estado en España el garito hubiera estado lleno de panchitos, pero allí habían erasmus borrachos como una cuba y putillas locales.

El level en el dance floor dejaba mucho que desear, DJ salió de detrás de la barra y con él llegó el rey de la pista, ¡dejen paso loosers



Se le daba bastante bien eso de mover el esqueleto, empezó con su wild style a menearse como una anguila, sin complejos, vacilándome un montón (parecía uno de esos negratas de la MTV) pero yo también tenía mucho swag así que... me até la camisa al pecho (así en plan choni de barrio) y enseñando el ombligo me hice un hueco en la pista. El colega no se lo esperaba y flipó. Estuvimos un buen rato ahí en plan "pelea de gallos" a ritmo electro-latino. Luego llegaron las canciones de bailar restregando paquete y fue entonces cuando nos dimos tregua y empezamos a bailarlas juntos.. una tras otra, mientras él me daba vueltas y más vueltas y más vueltas.... yo movía indómita las caderas por toda la sala. ¡tiembla Shakira!

En las sucesivas noches nos dedicamos a salir de fiesta al más puro gansta style; él gastaba billetes como si fuera un ministro, invitando a copas una detrás de otra y poniéndote otra nueva ronda antes de que pudieras acabarte la primera. Yo bailaba como si fuera sudamericana, con poca ropa y desenfreno, y ambos bebíamos como si tuviéramos tres hígados y millones en el banco. Aún no habíamos follado, pero la cosa era inminente. Una noche de farra se trajo a una amiguita suya de Barcelona y la pava y yo nos hicimos muy buenas amigas. Él no hacía más que invitar e invitar a cervezas, nosotras no hacíamos más que beber y beber, hablar y hablar. Tan bien nos caímos que acabamos mega-borrachas comiéndonos los morros y sobándonos sin piedad en medio de la pista de la disco, delante de toda la peña, discoteca de la que el segurata nos tiró por montar un espectáculo medio-porno. (y eso que no nos pillaron cuando fuimos al baño y ella me levantó la falda por detrás y metió allí su cara para comerme todo el coño...) ;)
Íbamos muy desatabas, todo sea dicho. El colega nos miraba con cara de "WTF?" ni sabía que cojones hacer ni decir, ni nada que hubiera dicho o hecho iba a cambiar la situación. Estábamos pasando de él a saco y yendo a nuestra bola. Nos sobraba el nigger. Tanto fue así que aquella noche desaparecimos juntas dejándolo colgado con los tragos. Luego aparecimos en casa de no-se-quién y aunque perdí la noción de donde estaba gané una amiga.

A pesar de todo y después de esa noche de desenfreno y lesbianismo exhibicionista de vez en cuando Dj y yo seguíamos quedando , yo me había metido entre ceja y ceja follarme a un negro y por mi coño que ese era el que tenía más a tiro. Una noche borrachos como cubas (otra vez para no perder la costumbre) ya no pudimos más y empezamos a magrearnos en el pub, ni le dejé llegar a casa, lo metí en los baños y lo medio violé. Él se medio empalmó, se agarraba con las manos a las paredes para no caerse con semejante pedal que llevábamos encima, y mientras yo intentaba treparlo como una mona a un cocotero. Menudo desastre. Además fue entonces cuando entendí aquello que me decía de que no me creyera el mito ese de que todos lo negros la tienen grande. Este no era el caso.

Para seguir con las bizarradas la vez que me pudo llevar a su casa (compartía piso con varios colegas y nunca solía estar solo en casa) me llevó a un cuchitri que ni en el mismímo Bronx. Con decir que yo creía que era un edificio abandonado visto desde fuera...

La entrada del patio era como las casas de los gitanos de mi barrio; paredes desconchadas, basura y mierda por las esquinas de a saber qué, pintadas por doquier, olor a cerrao y a humedad...(¡faltaban las jeringuillas para hacerme sentir como en casa!) me resultaba increíble que viviera ahí nadie teniendo trabajo digno. Subí las escaleras intentado no tocar las paredes, llegamos a su casa y la puerta de entrada estaba reventada, entramos y habían más colegas en aquel piso-patera. Aquello parecía una merienda de negros, y yo el plato especial de la casa, a domicilio y recién calentito. Había ropa y trastos esparcidos por ahí y gente fumando "apaleao", aquello era un guetto con todas las de la ley. En aquella kelly parece que solo había una habita (que en aquellos momentos estaba desalojada) y las camas estaba separadas por sábanas que hacían de cortinas, todo muy decadente, todo muy true.
Echamos otro mal polvo rápido mientras yo intentaba recordar por donde se salía just in case.

A pesar de ello volvimos a quedar alguna que otra vez,  pero él solo hablaba de gilipolleces como que quería tener un hijo con una china para ver que salía de la mezcla de él y una asiática. (Yo no quería ni imaginármelo) y las ganas de follar como que se esfumaron. En retrospectiva, era un tipo bastante gilipollas. Así que al poco me cansé de su rollito y pasé de él, no sin antes tener una conversación etílica y un asalto en plena madrugada donde él me intentaba convencer de no se qué y yo le decía que pasara de mi cara. Talking to my hand!!



3 comentarios:

  1. DESDE LUEGO QUE MENUDAS JUERGAS SABES CORRERTE, JEJEJEJE...
    UN BESAZO VENEXXA!!!

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  2. Como dice una amiga mía "No eres una mujer completa hasta que te has acostado con un negro... y yo me he completado varias veces"

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