domingo, 18 de enero de 2015

El chulo-playas


 Me acordé de esta historia después de leer este artículo.

Yo doy fe, muchos tíos creen que por ser atractivos y fashions son lo más en la cama cuando en realidad no tienen ni puta idea de como complacer a una mujer, otros simplemente porque no han tenido sexo real ni oportunidad de probralo y se han creído todas las cosas que se ven en las películas porno; creen que follar es correrse en la cara de una pava y ya. Ambos se han atiborrado de escenas de sexo programado y piensan que tener sexo es eso; ponerse a marcar biceps con las pelotas rasuradas mientras meten la polla por un agujero (cualquiera vale) intentando enseñar a cámara la penetración, diciéndote guarradas manidas que has oído mil veces pero sin expresión alguna. Todo muy frío, todo muy estudiado. Todo muy deprisa, todo muy aburrido. Si no teneis un mando de la tele a mano para distraeros por lo menos os recomiendo que si os encontrais en similar situación amigas mías, siempre podeis salir del paso preguntando;  "¿Cuál es mi cámara por favor?"

Sábado normal y corriente como otro cualquiera por la noche; las tantas de la noche ya en las horas de irse para casa. Servidora había salido ya de los bares (con algunas copas de más y alguna compañía de menos) y me dirigía a mi casa cuando me paré un segundo en un banco a descansar los pies de los tacones. En eso que así, oteando la gente pasar por que sí, crucé la mirada con un tipo musculoso que estaba por la misma zona de fiesta. Le sonreí y él interpretó ese gesto como una invitación a acercarse a hablar. Ya le hemos liado. El hombre en cuestión llevaba unos zapatos de vestir acabados en punta cuadrada (de esos horribles que se llevaban hace unos años), unos pantalones ceñidos de un color llamativo y una camisa también ceñida en la cual marcaba todo el pectoral. Se le veía mucho mayor que yo, aunque era aún atractivo, fuertote de cara recia, era el sueño de cualquier choni de gimnasio, pero para nada mi rollo a mi los cachas me  arrugan el chirri. Se veía a la legua que era italiano por su aspecto, llevaba ese rollo pijo-latino-seductor con mini cresta incluida , que si no recuerdo mal también se llevaba por aquellos años. Lo que me desconcertó mucho fue cuando se me puso ha hablar con un inglés perfecto y acento british. Vaya mezcla más rara.

La verdad fue majo conmigo el "don juan", para nada brasas y mientras me pensaba si irme a follar con él o no (porque por aquel entonces me follaba a todo bicho viviente que me pareciera apetecible) llegó a donde estábamos nosotros un negro a hablarme y darme la chapa. Supongo que el tipo creyó que el italiano me estaba acosando y vino en plan "salvador" pero en realidad el que me estaba molestando era él que iba borracho como una cuba y no entendía nada del inglés que balbuceaba. Entonces me levanté del banco para dejarlos ahí a ambos con sus diferencias... cuando el italiano (muy listo y rápido por su parte, como buen latin lover que se precie) le dijo al pesado negraco con todo su morro que yo era su novia y que nos dejara en paz. Acto seguido me dio un morreo.
El tipo confundido se fue por donde había venido y mientras el italaiano y yo nos besábamos. Y debió ponerme cachonda con ese gesto caballeresco de chuzalo de playa que decidí irme con él a su casa a pegar un polvo. Después de todo, la noche no estaba perdida ¿no?.
Nada más entrar en su habitación se quitó toda la ropa a la correprisa, estaba bien bronceado, tenia un cuerpo fitness muy bien definido y ya traía la polla tiesa de dos calles atrás. La cual no era nada del otro mundo, de hecho hubiera hasta dicho que era poco en comparación al resto de su cuerpo (¿será verdad eso que dicen de las esteriodes?) yo me desnudé a mi misma (apunto que prefiero que me desnuden) fui a saludar a su polla erguida con la boca pero me hizo un gesto de que me moviera donde él estaba quería meterla en caliente a toda prisa o lucir cuerpo haciendo posturitas no lo sé. Se tumbó en medio de la cama con las piernas abiertas, estaba ridículamente depilado como un bebé y ni aun así su polla parecía más grande. Me encaramó a él y lo monté, pero el ritmo era pésimo y ni me besaba. No llevaba ni medio minuto cuando me cambió de postura, ahora él estaba encima haciendo como.. ¿abdominales? Luego me volvió a mover, me decía cosas como "que buena estas" "Que tetas tienes" y "bla bla bla" nada original. Cambiaba de postura otra vez. "¿Qué hace?- pensaba yo- así no había quien se concentrara. Parecía que estuviera buscando un buen ángulo para una película porno. No conseguía ponerme cachonda, aquello me parecía ridículo, me penetraba como "desde lejos" más interesado en mirarse el pito o en como quedaba mi culo que en el placer en sí. No acariciaba, no tocaba, no lamía... el único punto de contacto conmigo era su polla en mi coño (y esta casi ni la sentía) no había contacto con el resto del cuerpo estaba yo a cuatro patas y el como a medio metro metiéndomela. Era como si estuviera yo sola con un vibrador con patas. Para más inri emitía gruñidos como si se filmara en HD. Era antimorbo. Dejé que acabara por cortesía (y porque no tardó mucho) que empezaba a fatigarse. Me vestí como un rayo, le sonreí falsamente y le dije que me tenia que ir. Se ofreció a llevarme en su coche y de camino a mi casa me pidió el teléfono (¡no por dios, ni hablar!, pensé) así que le mentí con la primera excusa que se me ocurrió; que tenía novio y que no se podía enterar de esto (mentira grande y gorda) y que solo había sido un polvo sin importancia, que no podía darle mi teléfono. Si, eso era verdad, había sido un polvo sin importancia, un mal polvo.



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